miércoles, 12 de agosto de 2015

Perfección Cristiana



Amable amigo oyente, hoy quiero hacer un análisis contigo sobre un tema particular. He leído varios artículos sobre el tema que han llamado mi atención, y por eso quiero presentar lo que la biblia dice al respecto. Quiero que analicemos el tema de la perfección cristiana. En Mateo 5:48 el Salvador nos hace un llamado a ser perfectos, pero al hablar de perfección en el mundo de hoy ahí es donde se complica el asunto. En esta oportunidad nos disponemos a ver lo que la biblia dice sobre el tema de ser o no ser perfectos. Primero, quiero que pidamos la ayuda celestial para que entendamos bien el mensaje de este momento. Inclina tu cabeza donde estas. Amantísimo Padre que estas en el cielo, alabamos y glorificamos tu nombre en esta hora. En este momento nos disponemos a estudiar puntos importantes de tu palabra. Te pido que tu Santo Espíritu se posesione de nuestra mente, y nos guie y nos ensene toda la verdad. En el nombre de Cristo Jesús lo pedimos, amen.

La gran mayoría de artículos que encontramos sobre el tema de la perfección niegan que un cristiano pueda llegar a ser perfecto, o que alguien pueda alcanzar la perfección en esta vida. También hemos notado que se entienden muchas cosas diferentes sobre lo que realmente es la perfección cristiana. Algunos piensan que perfección quiere decir no haber cometido ningún pecado nunca y puesto que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios, según Romanos 3:23, pues nadie es, ha sido, ni será perfecto alguna vez. Pero entonces, ahí está la interrogante, ¿Por qué nos pediría Cristo algo que no somos capaces de hacer? Si El sabe que ya hemos pecado, y no hay forma de alcanzar la perfección, ¿Por qué decirnos que seamos perfectos como nuestro Padre celestial, cuando el mismo sabe que no es posible? Obviamente nadie sobre esta tierra pudiera decir que no tiene pecado. Eso es contrario a lo que ensena la palabra de Dios.  En 1 Juan 1:10 se declara:"Si decimos que no tenemos pecado, le hacemos a El mentiroso, y no hay verdad en nosotros". O sea que nadie puede reclamar ser perfecto y decir que no ha pecado o que nunca volverá a pecar. Aunque parezca difícil de creer, si hay personas que creen que han logrado este tipo de perfección y piensan que ya no pecan mas. Inclusive, mientras daba una charla sobre el tema, alguien se levanto y precisamente expreso eso que estamos diciendo que la personas que están en Cristo Jesús no pecan, sino que cometen errores, que el cielo no ve sus faltas como pecados, sino como errores, por lo tanto no se le registran en el cielo pecados. Es muy cierto que el apóstol Juan dice claramente que el que permanece en Cristo no peca, también es cierto que llegara un momento en el cual tendremos que vivir delante de la presencia de Dios sin un mediador y tendremos que mantenernos por la gracia y con el poder de Dios sin mancha de pecado en las últimas horas de la historia de este mundo, también es cierto que se nos llama a vencer el pecado, pero ese no es nuestro tema presente y por eso lo trataremos en una futura entrega.

Algunos de los textos utilizados por los que dicen que es imposible alcanzar la perfección son los siguientes: Salmo 14:2,3 "Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido, que buscara a Dios. Todos se desviaron; a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno". Isaias 64: 6. "Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia". 1 Juan 1:8 "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros". Eclesiastes 7:16, 20. "No seas demasiado justo. No hay en la tierra hombre justo que continuamente haga el bien y no peque. ...” Pero también hay aquellos que afirman que si es posible ser perfectos haciendo ciertas cosas, como por ejemplo un artículo que se encuentra en la enciclopedia católica en línea dice:. Escucha con atención el siguiente párrafo:

“La perfección cristiana es la unión sobrenatural o espiritual con Dios, lo cual es posible de alcanzar en esta vida, y la cual puede ser llamada perfección relativa, compatible con la ausencia de beatitud, y la presencia de las miserias humanas, pasiones incontrolables, y aun pecados veniales a los cuales un hombre justo es sujeto sin una gracia especial y privilegio de Dios. Esta perfección consiste en caridad, en el grado en el cual esta es alcanzada en esta vida. 

(Matt., xxii, 36-40; Rom., xiii, 10; Gal., v, 14; I Cor., xii, 31, and xiii, 13).Esta es una enseñanza universal de los Padres y de los teólogos. La caridad une el alma con Dios como fin sobrenatural y remueve desde el alma todo lo que esta opuesto a esa unión. “Dios es caridad, y quien permanece en la caridad permanece en Dios y Dios en él.” (I Juan, iv, 16).”

Según la teología católica la caridad o amor es equivalente a perfeccion. Escucha este otro parrafo tomado de la misma pagina en la internet:

“La perfección del alma aumenta en proporción con la posesión de caridad. Quien posee la perfección la cual excluye pecado mortal obtiene salvación, si es unido a Dios, y dice ser justo, santo y perfecto. La perfección de caridad, la cual excluye además los pecados venales y todas las afecciones que separan el corazón de Dios, significan un estado de servicio activo de Dios y de actos fervientes frecuentes de amor a Dios. Este es el cumplimiento perfecto de la ley (Mateo, xxii, 37), como Dios es el primer objeto de caridad. El objeto secundario es nuestro projimo. Esto no esta limitado a deberes necesarios y obligatorios, pero extendido a los amigos, extraños, y enemigos, y puede avanzar en un grado heroico, asociado al sacrificio del hombre de bienes exteriores, confort y la vida en si misma para bienestar de los demás. Esta es la caridad impartida por Cristo, su palabra (Juan, xv,13) y ejemplo.(ver Virtudes Teológicas del Amor).”

Segun eso que acabamos de leer, la perfeccion del alma como ellos dicen es relativa a la cantidad de amor que se tiene en el Corazon. Segun ellos si es possible ser perfecto, pero esto es mediante obras de amor, o dicho de otra forma, mientras mas caridad se tiene, mas perfeccion cristiana se optiene e inclusive se consigue el perdon de los pecados no mortales pasados y tambien el perdon de pecados venales. Ahora bien, como hemos dicho anteriormente, al hablar de perfección hoy en día se niega que un cristiano llegue a ser perfecto por la gran mayoría de profesos creyentes que precisamente luchan con este fin, pero vemos que otros si dicen que podemos serlo basándonos en nuestra obras. Hoy se ensena que puesto que nadie ha podido ser perfecto, ni lo será esto no es un requisito para entrar en el cielo. Además hay algunos otros teólogos que ensenan también que la perfección de Cristo nos es imputada así como lo es su Justicia. No tenemos que hacer absolutamente nada para ser perfectos. De la misma manera en que no tenemos que hacer nada para ser declarados justos por Dios, más que reclamar la justica de Cristo, igualmente solo tenemos que reclamar la perfección de Cristo y esta nos seria imputada, esto podría llamarse la perfección por la fe, similar a la justificación por la fe que ensena la biblia. Aun otros, teólogos y no teólogos han llegado a creer que existe algo que se llama perfección absoluta, además de los que también ensenan el perfeccionismo. En fin, hay un sin número de posiciones con relación a este tema, pero ¿Quien dice la verdad, que dice la biblia?  Siempre que estudiemos cualquier tema bíblico debemos basarnos solamente en un así ha dicho Jehová. También en la actualidad,  la perfección del cristiano ha querido ser cambiada por una nueva filosofía llamada madurez cristiana. Ahora bien, permíteme entrar de lleno en el análisis a la luz de la palabra de Dios.

El concepto de la perfección absoluta, ensena que se puede llegar a un estado donde ya no se pueda hacer ningún otro progreso espiritual y que una vez se llega allí, pues no se cae de este estado o no se vuelve atrás. Este es un concepto medieval que ensena que se puede logar por las propias obras cierto estado inmutable, lo que ha llevado a muchas personas a creer que están libres de contaminación moral en este mundo y que por lo tanto son inmunes al pecado y no importa lo que hagan no pecan. También en la historia muchos han creído que cuando se alcanza este estado se tiene cierta santificación de la carne o sea, santificación literal del cuerpo actual que tenemos. El perfeccionismo por su parte ensena que a través de nuestras buenas obras podemos recibir meritos que nos hacen aptos para la salvación, y que debemos mantenernos haciendo buenas obras para perfeccionarnos a nosotros mismos y al fin ser salvos, contrario a lo que dicen las Escrituras en Efesios 2:8, donde la palabra de Dios declara claramente:

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras para que nadie se gloríe.” Muy cierto es que las Santas Escrituras no ensenan ninguno de los dos conceptos antes mencionados, sin embargo, la palabra de Dios hace referencia a la perfección cristiana refiriéndose a la perfección del carácter cristiano.
 La biblia mantiene el principio que todos los cristianos con la ayuda de Dios pueden y deben llegar a ser perfectos, dicho de otra forma, deben desarrollar caracteres perfectos. La biblia, amigo oyente, ensena que a pesar que somos salvos solo por la gracia, también ensena que debemos ser perfectos a través del poder de Cristo. La palabra de Dios declara lo siguiente:"Habéis de serme santos, porque yo Jehová soy santo… Levítico 20:26.

Al estudiar a profundidad algunos pasajes bíblicos nos damos cuenta que la perfección cristiana es un don de Dios, y es Él quien nos declara perfectos, no nosotros mismos. Ahora, surge la pregunta: ¿El hecho de que sea Dios quien nos declare perfectos nos hace conscientes de esto y debemos separarnos del resto del mundo para no contaminarnos una vez más con el mal? ¿Consistiría en eso la perfección? En la historia secular encontramos que en la edad media se construían conventos y monasterios en sitios remotos donde los monjes y monjas  practicaban ayunos rigurosos para mortificar las inclinaciones del cuerpo, supuestamente buscando la perfección ante Dios. Esto obviamente no es bíblico sino que se basaba en otra filosofía.  Los cristianos que seguían las enseñanzas de Cristo en los primeros siglos del cristianismo no construyeron conventos o monasterios, ni se apartaron del mundo pretendiendo ser mas santos que el resto, no, todo lo contrario, ellos hicieron precisamente lo que hizo Jesús, se mezclaban con el pueblo para mostrarles el evangelio de Dios y llamarlos al arrepentimiento y la conversión mostrándole que hay que vivir una vida diferente. Eso hicieron los apóstoles y los discípulos de Jesús a lo largo de los siglos. Y Muchas veces por esta causa ellos eran perseguidos, pero aun así, no se apartaron del mundo, sino que buscaban las formas de seguir esparciendo el evangelio a todos. Del otro lado, la iglesia de Roma que surgió de una mezcla del cristianismo con el paganismo y tenia influencia griega enseñaba que  los monjes y monjas tenían que retirarse a estos conventos y monasterios, y a lo mejor todavía hoy lo hacen, se retiraban a estos sitios aislados buscando el perdón de sus pecados y no solo hacían ayunos sino que flagelaban sus cuerpos y se auto torturaban sin poder sentir la paz que Dios ofrece. La iglesia popular basa su teología en el intelectualismo griego.

Un hombre que tiene mucho que ver con el tema que nos compete hoy es Agustín de Hipona, o mejor conocido como San Agustín. Agustín nació en el 354 en el norte de África, su madre era cristiana, pero su padre era maniqueista. El maniqueísmo se fundó en el siglo tercero por Mani una nueva forma de la antigua religión persa zoroastrismo. Este sistema religioso tenía un concepto y percepción de la vida dualista, o sea, que todo lleva un balance, como por ejemplo, hay un balance entre la luz y las tinieblas, y del mismo modo entre el bien y el mal. Todos los símbolos paganos eran símbolos dualistas o de balance, por ejemplo la cruz, el balance entre lo vertical y lo horizontal. La estrella de David, un símbolo adoptado por los judíos que muestra dos triángulos balanceados uno hacia arriba, el otro hacia abajo. Tenemos la Swastika, símbolo hindú y budista, utilizado por Hitler y los Nazis de Alemania, está el ying y el yang, símbolo chino que también refleja balance entre dos partes dentro de un circulo, en fin, el dualismo ensena que el bien y el mal coexisten juntos. Esto llevo a los hombres a inventar dioses buenos y dioses malos. Agustín acepto el cristianismo después de sus veinte años y ya estaba muy bien arraigado en estos conceptos, así que él no los abandono por completo, sino que incorporo muchos de ellos a su fe cristiana.

Muchos de los errores teológicos de la madre iglesia apostólica y romana fueron instigados por la teología de Agustín, o por teólogos subsiguientes que trataron de incorporar las doctrinas agustinas. Una de tales teorías es que como hay un balance entre el bien y el mal en todo, el ser humano está compuesto también por el bien y el mal. Supuestamente tenemos un alma buena que habita en un cuerpo malo. Y para poder purificar el alma, había que mortificar el cuerpo. Y por eso se introdujeron varias doctrinas como la penitencia que dice que para alcanzar el perdón de los pecados hay que hacer algún tipo de castigo por así decirlo. Martin Lutero casi llego a morir tratando de apaciguar a Dios torturando su propio cuerpo buscando la paz de Dios. Te recomiendo escuchar el tema Luz en Medio de las Tinieblas en nuestra página en línea. Pero Lutero se dio cuenta que eso es una doctrina satánica, y aprendió que la biblia ensena claramente que el justo vivirá por la fe, somos justificados solo por la fe. No hay nada que tú o yo podamos hacer para alcanzar la salvación o el perdón de los pecados. La biblia ensena claramente que la paga del pecado es muerte. El pecador debe morir, no hay ninguna otra forma de lidiar con el pecado. La ley de Dios es inmutable y no se puede modificar o enmendar porque la ley de Dios refleja el carácter de Él y Dios no cambia. Así que todo pecador debe morir. No hay más remedio. Ahora, en el plan de salvación lo que sucede es lo siguiente. Cristo toma el lugar del pecador, asume su pecado y muere en su lugar. Entonces Cristo Jesús declara al pecador justo delante de Dios como si nunca hubiese pecado y el pecador por fe acepta el sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz del calvario por fe y recibe el total perdón de sus faltas y siente la paz que solo Dios da. Martin Lutero dejo de creer en las doctrinas de la iglesia de Roma, y basaba su fe solo en las Sagradas Escrituras, lo que trajo como resultado la reforma protestante. Ahora, ¿Es la perfección cristiana algo similar a la justificación por la fe? ¿Es solo echarnos en los brazos de Cristo y eso es suficiente para ser perfectos? o ¿Tenemos que hacer algo para lograr la perfección cristiana o la perfección del carácter cristiano en nuestras vidas?

Veamos lo que la biblia ensena acerca de la perfección.  El Génesis. Génesis 6: 9. Moisés, autor de este libro, por inspiración divina declaro: “Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios camino Noé.” En medio de un mundo lleno de violencia y contaminación moral, la biblia revela que Noé era justo y perfecto delante de Dios por que caminaba con El.  Dentro de un mundo perverso y malo, la biblia dice que Noé era perfecto y hallo gracia ante los ojos de Dios. Obviamente Noé se mantuvo totalmente apartado de la iniquidad reinante en sus días. El no se corrompió con el mal, ni transigió con el pecado reinante en su época. Otro ejemplo bíblico de perfección lo encontramos en el libre de Job Hablándole a Satanás, Dios dijo: “¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?” Job fue perfecto, dicho por el mismo Dios. Ahora bien, nota lo que dijo Job de sí mismo en el capítulo 9 verso 20. “Si yo me justificare, me condenaría mi boca; si me dijere perfecto, esto me haría inicuo.” Job no se sentía perfecto, ni se creía superior a los demás, ni se aparto de los demás a algún lugar desértico, pero sin embargo estaba apartado de todo lo malo, andaba rectamente y Dios lo declaro perfecto aun cuando el mismo se sentía pecador.

Así es el desarrollo del carácter cristiano. Mientras más te acercas a Dios, más imperfecto y pecador te sentirás y sentirás la necesidad de depender de Él y es quien te perfeccionara, no tus propias obras.

La biblia así lo ensena en los siguientes versículos: “Y El mismo constituyo a unos apóstoles; a otros profetas; a otros evangelistas; a otros pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.” Efesios 4:11-13

Permite aclarar que hay una diferencia entre la perfección cristiana y la madurez cristiana. El cristiano convertido y perfecto a los ojos de Dios todavía continúa creciendo en la gracia de Cristo a la par que Dios va revelándole su luz. Cuando Adán y Eva fueron creados por Dios, ellos eran perfectos, pero todas sus facultades podían desarrollarse, así es y será con nosotros. El apóstol Pablo en la epístola a los Filipenses, el capitulo 3, versos del 12-16, bajo inspiración divina dice: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual también fui asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado;  pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelara Dios.” El apóstol en el verso 12 dice que él no ha alcanzado lo que quería alcanzar refiriéndose al  verso 9 donde dice que quiere estar vestido de la justicia de Dios por la fe. Nota que él dice que no es perfecto, ni pretende serlo, sin embargo, dice Pablo, prosigo a la meta olvidando lo que está detrás. No importaba cuantas victorias el había ganado, no importaba cuantos pecados el había vencido, no importaba cuantas malas propensiones él había dejado, todavía el apóstol tenia y necesitaba continuar ocupándose en su salvación con temor y temblor como el mismo expreso en Filipenses 2:12. Lo mismo debo hacer yo y cada uno de nosotros. Yo debo extenderme a lo que está delante, lo que me falta por vencer, lo que me falta por crecer en mi vida cristiana, así que no puedo decir que he alcanzado la madurez cristiana, eso pudiera llevarnos al mismo error de la perfección absoluta. Sin embargo, en el verso 15 del capítulo 3, el apóstol habla a todos los que son perfectos incluyéndose el. Parece una contradicción. El apóstol aquí emplea la palabra perfecto en un sentido más relativo, como queriendo decir, que a pesar de que, no ha logrado la perfección que Dios ha designado para él, y que el mismo desea, el puede ser perfecto delante de Dios en cualquier momento del caminar cristiano. Y puesto que la experiencia de cada individuo es diferente, por eso termina diciendo que el que no siente lo mismo que el, Dios se lo revelara. Eso es así mi amigo, amiga que me escuchas, la experiencia cristiana, el desarrollo del carácter cristiano, la perfección cristiana, es una experiencia individual y solo Dios perfecciona a sus santos a través de Cristo. En Colosenses 1:28, Pablo dice: “…amonestando a todo hombre, y ensenando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre.”

Indiscutiblemente, una y otra vez somos llamados en la Escritura a ser perfectos. El mismo apóstol dice: “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.”  2 Corintios 7:1. Y a Timoteo dijo: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para ensenar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” 2 Timoteo 3:16, 17.  La perfección mi amigo oyente, es un don de Dios y está disponible para todos aquellos que acepten el llamado de Dios a obrar en sus vidas. Y la parte que nos toca a nosotros hacer es apartarnos de aquellas cosas que nos contaminan en carne y espíritu dice el apóstol. Todas aquellas cosas que dañan mi cuerpo y aquellas que pervierten mi mente deben ser renunciadas por nosotros. Dios no nos las quita a la fuerza ni por arte de magia, no, el nos muestra que debemos vencer, que debemos rechazar y de que debemos apartarnos, y si de lo pedimos, nos da el poder, la fuerza para vencer esas cosas. 

Algunos pensadores afirman que si ser perfecto es un requisito para entrar en el reino de Dios, entonces nadie entraría allí porque nadie ha logrado ser perfecto y nadie podría jactarse de serlo. Esto trae entonces a la mente la siguiente afirmación: Dios llevara al cielo a seres humanos imperfectos. Te voy a hacer una pregunta: ¿Crees tú que suena lógica esa idea de Dios llevar al cielo por mil años a millones de seres imperfectos, y luego dejarlos habitar la tierra renovada por toda la eternidad con imperfección? No creo personalmente que tenga mucho sentido. Creo eso es algo poco realista. Como eso suena fuera de lugar, entonces muchos piensan que en la resurrección Dios desarraigara el pecado de nuestras vidas de una vez por todas sin que nosotros hagamos ninguna esfuerzo personal. O sea, nosotros no podemos vencer el pecado, Dios tendrá que quitarlo de nosotros por medio de un milagro suyo sin necesidad de nosotros hacer algún esfuerzo. Nosotros como somos débiles, simples mortales y pecadores debemos adaptarnos a la idea de que continuaremos pecando hasta el mismo momento cuando veamos a Cristo venir en gloria. Como nadie puede vencer el pecado ¿Por que molestarse? Lo que hay que hacer es simplemente continuar pidiendo perdón y listo.

Imagínate que una persona con un carácter iracundo llegue al cielo. ¿Qué sucedería? O quizás un pendenciero, o un mentiroso, un adulador o un egoísta? El cielo no sería un lugar sin problemas por mucho tiempo, ¿cierto o falso? Rasgos de carácter similares fueron los que dieron inicio a todo el problema del pecado. Cuando Lucifer comenzó a codiciar el lugar de Dios y comenzó a criticar la forma de gobierno de Dios esto dio inicio a la triste historia de pecado que tenemos en nuestro mundo, y precisamente por eso, Dios está esperando que su pueblo con Su ayuda desarrolle caracteres perfectos, que ellos le permitan a El ayudarlos a desarraigar estos malos rasgos heredaros y cultivados. El Señor quiere tener en su pueblo personas dignas de entrar en las moradas celestes, personas que El pueda declarar perfectas. ¿Significa esto que desde ya tenemos un cuerpo incontaminado o una carne perfecta dicho de otra forma, carne santificada? No en lo absoluto.

La perfección del carácter no significa cuerpos santos o carne santificada, la biblia dice que en la segunda venida de Cristo en las nubes de los cielos y no antes  seremos transformados en un abrir y cerrar de ojos, porque esto corrupto debe vestirse de incorrupción, y esto mortal de inmortalidad, pero aun así, cuando Dios nos transforme y nos de cuerpos celestes, cuerpos no contaminados por la degradación del pecado seguiremos siendo las mismas personas por la eternidad con caracteres santos y perfectos que desarrollaremos por la gracia de Dios mientras vivimos en esta tierra.  En el libro El Deseado de Todas las Gentes, pág. 625:  encontramos la siguiente declaración “Cristo ha dado su Espíritu como poder divino para vencer todas las tendencias hacia el mal, hereditarias y cultivadas, y para grabar su propio carácter en su iglesia.”

Cristo quiere y anhela grabar su propio carácter en mi y en ti, pero eso el no lo hará de una manera forzosa, no, tú tienes que estar dispuesto a darle el permiso para que el te ayude en la tarea vencer todas las malas prácticas e inclinaciones a las cuales estamos sometidos por causa del pecado. Cristo quiero darnos la victoria sobre esas tendencias pecaminosas que tenemos sea que tengamos una predisposición a ellas por nuestros padres, o sea algo que nosotros mismos en nuestras vidas hallamos acariciado al punto que están bien arraigadas en nosotros. Amigo mío, amiga oyente, Cristo quiere y puede ayudarte a alcanzar la perfección cristiana.

El Salvador del mundo mismo nos manda a ser perfectos. Y el claramente mostro en el capítulo 5 del libro de Mateo que lo que determina la perfección del carácter son las actitudes y motivos interiores del hombre y no solo la apariencia externa. Esto lo vemos expresado en los versos desde el 21 hasta 47 del mismo capítulo, donde Cristo dijo varias cosas, entre ellas: “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No Mataras;… pero yo digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio…Oísteis que fue dicho, No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adultero con ella en su corazón.” Solo Dios conoce el corazón de cada individuo y él es quien sabe realmente quien tiene un corazón perfecto para con él.

En el caso del joven rico en Mateo 19:16 en adelante. El joven pregunta a Cristo: ¿Qué bien hare para tener la vida eterna?” Cristo responde: “Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos…No mataras, No adulteraras, No hurtaras, No dirás falso testimonio, Honra a tu padre y a tu madre…” A lo que el joven contesta: “Todo eso he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?” Ahora nota la respuesta de Jesús; Jesús dice: “Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dalo a los pobres…y ven y sígueme.”

 Jesús asumió que el joven realmente quiso expresar el sentir de su corazón, quería saber que más le faltaba para alcanzar el ideal o la perfección y para poder heredar la vida eterna. Es cierto que quizás por eso el joven cumplía con toda la ley desde niño, pero Cristo le mostro que la perfección no se logra por obras de bien, o meritos humanos, sino con un cambio total y completo del corazón y la vida. Su mente debía ser transformada y sus objetivos cambiados. El carácter del joven rico parecía perfecto por fuera, pero la respuesta de Jesús revelo que tenía todavía un terrible defecto, el egoísmo. La biblia dice que el joven se fue muy triste porque tenía muchas posesiones.

Los malos rasgos de carácter, como la avaricia, el egoísmo, la envidia, los celos, la codicia, la ira, el enojo, la vanagloria, el orgullo, la auto exaltación, etc, etc, etc, son defectos en nuestros caracteres que nos impiden ser perfectos delante de Dios. Y ahí es precisamente donde Dios quiere obrar en nuestra vidas directamente, el quiere ayudarnos a desarrollar la perfección del carácter cristiano. En la biblia hay un ejemplo de esto, veamos el caso de David y su hijo Salomón. Acompáñame al primer libro de los Reyes, capitulo 11, 4. 1 Reyes 11, verso 4. Ahí leemos:

“Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David.” Claramente leemos que el corazón de Salomón no era perfecto, pero este pasaje da a entender que el corazón de David si lo era. Esto es a pesar de que David fue un hombre que derramo mucha sangre. Un hombre que fue capaz de cometer adulterio y asesinar al esposo de la mujer con la cual adultero y a la cual embarazo.

Es cierto que David peco grandemente en varias ocasiones, es cierto que sus pecados fueron horrendos, dignos de que se fuera pal infierno como dirían algunos, pero a pesar de lo hondo que fue su caída, a pesar de lo pecaminoso de su acto, de igual forma, así de profundo era su arrepentimiento, así mismo de sincera era su confesión delante de Dios y con suma humildad aceptaba las consecuencias de su pecado. David dice la biblia, a pesar de sus errores, el tenia el corazón semejante al corazón de Dios. Dios mismo lo confirma. Busquémoslo en la biblia en el libro de Hechos. Hechos de los apóstoles capitulo 13, verso 22. Hechos 13:22. Dios declaro: “He hallado a David hijo de Isai, varón conforme a mi corazón, quien hará lo que yo quiero.”

A pesar de que David peco muchas veces, la biblia dice que era perfecto y con un corazón igual que el de Dios. En la historia bíblica podemos notar que la intensión de David, a pesar de sus males era servir a Dios, hacer la voluntad de Dios, agradar a Dios. Y el carácter de un individuo, mi amigo, amiga que escuchas mi voz, el carácter de un individuo se revela no por los buenos actos ocasionales, o por los también ocasionales malos actos, no, sino por la tendencia de las palabras y los actos habituales. Y por eso Dios no ve lo que ve el hombre sino el corazón. El segundo libro de las Crónicas capitulo 16, verso 9 declara: “Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con El.”

Ahora, tengamos bien claro que no podemos pensar ni por un momento que ser perfecto delante de Dios nos imposibilita a pecar o nos inmuniza de pecado,  porque claramente vemos el caso de David, que peco muchas veces, pero aun así era perfecto con el corazón similar al de Dios. En nuestro caminar cristiano tendremos muchas pruebas y tentaciones, y Dios día tras día nos irá dando la victoria sobre nuestros pecados, nos ira perfeccionando en nuestros caracteres, hasta que lleguemos a poseer un carácter similar al de Cristo. Pero hay que resaltar que la victoria obtenida hoy, no me garantiza la victoria de mañana. Lo único que puede garantizar mi continua victoria es la permanencia de Cristo en mi vida. Pero aun así, si me aparto de Cristo todavía tengo la posibilidad de caer en pecado, y si ese es el caso, la biblia dice lo siguiente en la primera carta del apóstol Juan capitulo 2, verso 1:

“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis, y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.” El apóstol nos hace un llamado a no pecar, pero, si alguien comete algún pecado, ahí tenemos a Cristo para interceder por nosotros y presentarse a si mismo por nosotros delante del Padre. Claramente vemos que la meta del cristiano es vivir sin pecar, pero aun así, Juan reconoce que existe la posibilidad de que un cristiano sincero caiga en pecado. No que se arroje al pecado, o que haga del pecado su estilo de vida, no, pero la perfección no es un estado en el cual se está libre de la posibilidad de pecar. Podríamos decir en conclusión lo siguiente:

La vida cristiana es una marcha constante hacia adelante. Esto nos indica mi amigo que de nosotros se requiere una obra grande, se nos exhorta a purificarnos de toda inmundicia de la carne y el espíritu, y a perfeccionar la santidad en el temor de Dios. La obra de la santificación no es un asunto de un momento sino que hay trabajo constante para el cristiano. Debemos deponer  el yo, debemos  rendir toda la voluntad a Dios, para poder ser revestidos de humildad, esto no es cosa fácil, pero sin embargo, es nuestro privilegio y debemos ser perfectos vencedores aquí. Dios nos invita a que alcancemos la norma de perfección y pone como ejemplo delante de nosotros el carácter de Cristo.

En su humanidad, perfeccionada por una vida de constante resistencia al mal, el Salvador mostró que cooperando con la Divinidad los seres humanos pueden alcanzar la perfección de carácter en esta vida. Esa es la seguridad que nos da Dios de que nosotros también podemos obtener una vida completa. La parte que le toca a cada cristiano es perseverar en la lucha por vencer cada falta.  El hombre no tiene la sabiduría y la fuerza para vencer; ellas vienen del Señor, y él las confiere a los que en humillación y contrición buscan su ayuda. Es muy cierto que todavía no somos perfectos; pero es nuestro privilegio separarnos de los lazos del yo y del pecado y avanzar hacia la perfección. Pero en nuestro mundo de hoy, lamentablemente la vida de demasiados que profesan ser cristianos, niega que exista poder en Jesús para vivir ahora la vida como Dios quiere, y ¿Cuál es la razón de esta triste condición? La razón es que aquellos que profesan ser hijos de Dios no le conocen.  La biblia dice claramente que el  que entre en el cielo tendrá que tener un carácter sin mancha, arruga ni cosa semejante porque nada que corrompa podrá entrar allí. En toda la hueste redimida, no se verá un defecto.

Así es amigo mío, todos nuestros defectos deben ser corregidos aquí, todos nuestros malos rasgos de carácter deben ser desarraigados, todos nuestros pecados deben ser renunciados, pero eso es solo con el poder de Cristo obrando en nuestras vidas. Solo Dios puede darnos y ayudarnos a alcanzar la norma de perfección que el ha demandado de nosotros. Es mi oración que te propongas estudiar la palabra de Dios con mas devoción para que puedas aprender de ella las enseñanzas que el mismo Dios ha dado. Te recomiendo mi amigo que no bases tu fe en las doctrinas formuladas por los hombre. Ni siquiera creas lo que ha sido presentado en este tema por el simple hecho de que suena bien, no, mi interés es motivarte a que escudriñes las escrituras por ti mismo, y estoy seguro que Dios te iluminara. Pueda Dios ayudarte a entender cada día más su palabra. Dios te bendiga.

Foto tomada de: fotolog.com 
BUCKLER, The Perfection of Man by Charity (London, 1900); DEVINE, A Manual of Ascetical Theology (London, 1902); IDEM, Convent Life (London, 1904); ST. FRANCIS DE SALES, Treatise on the Love of God (Dublin, 1860); SUAREZ, De religione, tr. 7, L. I.; ST. THOMAS, Summa, II-II, Q. clxxxiv; IDEM, Opus De perfectione 

Yo Declaro...

Se ha popularizado entre muchos cristianos la famosa frase –Yo declaro.- Esta se usa para decir que algo positivo sucederá en el futuro. Ejemplo: Yo declaro que hoy conseguirás un trabajo. Supuestamente esto se hace en base a la fe y al reclamo de las promesas Divinas. Hemos visto varias personas “declarar” cosas que no han sucedido. Una señora una vez “declaró” que a su hijo no lo iban a deportar de los Estados Unidos donde había cumplido una condena por drogas, pero actualmente él está de regreso en su país natal. ¿De dónde surgió esta tendencia cristiana? Joel Osteen escribió un libro titulado -Yo Declaro.- El es pastor de la iglesia no denominacional Lakewood en Texas, a la cual asisten más de 38,000 personas cada semana, lo que la convierte en la congregación más grande de América. Todas las semanas el pastor Osteen transmite un mensaje de esperanza y ánimo. Sus mensajes son retransmitidos por varias cadenas de televisión alcanzando a más de 20 millones de personas al mes, y la señal llega a casi 100 países. Obviamente la influencia de este pastor es inmensa. Aunque la frase no se originó con su libro según algunos, no hay dudas que la imagen del orador inspiracional más visto de América influye en la propagación de esta nueva cultura cristiana. El libro citado contiene 31 promesas para proclamar sobre la vida del lector durante un mes. En la introducción, Osteen dice:
     “Nuestras palabras tienen poder creativo. Cuando declaramos algo, ya sea bueno o malo, damos vida a lo que estamos diciendo…Si yo profetizo mi futuro, quiero profetizar algo bueno…Declare salud. Declare favor. Declare abundancia.”
Aunque el libro fue publicado en el 2013, la tesis del mismo está basada en una corriente filosófica antigua llamada –Nuevo Pensamiento- que enseña que nuestras mentes y nuestras palabras tienen el poder de hacer que las cosas ocurran, es decir crear cosas materiales. Esta corriente filosofía surgió en el siglo XIX y ganó mucha popularidad en los Estados Unidos en las primeras décadas de 1900. Phineas Quimby (1802-1866) es considerado como el padre del Nuevo Pensamiento. El desarrolló sus enseñanzas basándose en las ideas del inventor sueco Emanuel Swedenborg (1688-1772) quien enseñaba que el mundo físico es una extensión de la mente. En el 1859 Quimby abrió una oficina de sanidad mental asistida en Portland y entre sus estudiantes se encontraba Mary Baker Eddy quien en 1866 desarrolló el sistema de creencias denominado Ciencia Cristiana, y en el 1879 fundó la iglesia de Cristo, Científico. Más adelante El filosofo, místico, y uno de los autores del Nuevo Pensamiento más leídos Ralph Waldo Trine (1866-1958) popularizó las mismas ideas de Quimby, pero él no las introdujo al cristianismo. Un pastor de nombre E. W. Kenyon (1867–1948) fue compañero de estudios de Ralph Waldo Trine en la escuela de oratoria Emerson College en Massachusetts, quien al parecer fue influenciado por esta corriente filosófica también. A él se le conoce como el predicador del Pensamiento Positivo. El enseñó que las confesiones positivas eran la clave para una vida prospera. Este último influenció en Oral Roberts (1918-2009) fundador de la universidad que lleva su nombre donde estudió el pastor Joel Osteen quien, no hay dudas, también recibió la misma influencia. Hoy, a través de la tecnología y a través de su libro, este último  influye a su vez en millones de personas.
¿Es bíblico “declarar” cosas? Para defender la postura que este asunto está basado en la biblia alguien citó, entre otros similares, los siguientes pasajes:
     Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios. Cuando tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes.” Éxodo 18:15, 16
     “Y te presentarás al sacerdote que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a Jehová tu Dios, que he entrado en la tierra que juró Jehová a nuestros padres que nos daría.”Deuteronomio 26:3
     Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas.” Juan 4:25
     Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por todos es juzgado; lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros.” 1 Corintios 14:24, 25.
Honestamente, estos pasajes no sirven de sustento para afirmar que como cristianos debemos “declarar” cosas que no han sucedido como ciertas. En el caso de Moisés, este varón de Dios juzgaba a los hijos de Israel en sus pleitos y contiendas declarándoles lo que Dios había dicho concerniente a problemas entre ellos, no a su futuro.  La declaración que aparece en Deuteronomio, según el contexto, debía hacerse en señal de gratitud a Dios, una vez los israelitas hubieran tomado posesión de la tierra de Canaán y hubieran cosechado los frutos de la misma, ellos debían declarar lo que Dios –ya había hecho- por ellos. La mujer samaritana dijo que el Mesías cuando viniera declararía todas las cosas, a lo que Jesús respondió: -Yo soy, el que habla contigo.- Jesús, ciertamente declaró muchas cosas en Sus palabras, pero ninguna de ellas tiene que ver con la capacidad de sus discípulos de alterar el porvenir mediante la “declaración.” Y finalmente, a lo que el apóstol Pablo hizo mención en su carta a la iglesia que estaba en la ciudad de Corinto no fue más que la declaración de convicción de que Dios está entre Su pueblo por parte de algún nuevo converso. Como podemos ver ninguno de estos textos sostiene esta creencia. Pudiéramos citar muchos otros parecidos, pero la cuestión es que si los miramos a fondo, nos daremos cuenta que este fenómeno cristiano moderno no está sustentado por un así ha dicho Jehová. Es así de simple. La biblia o enseña una cosa o no la enseña.
¿Debemos los cristianos tener mentes positivas y expresar cosas maravillosas con el fin de que prosperemos en todo? Hay una cosa que es muy cierta, la biblia está llena de promesas para los fieles hijos de Dios. El anhela darles todas Sus bendiciones, pero tanto las promesas de Dios, así también como Sus bendiciones siempre son condicionales. Expresar con palabras cosas bonitas de la biblia y “declarar” prosperidad para nosotros, no garantiza nada, nosotros debemos vivir la palabra, no solo expresarla.  El apóstol Santiago escribió:
     “…Sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.” Santiago 1:22-25
Notemos como el apóstol nos llama a ser hacedores de la palabra, es decir a perseverar en la ley de la libertad. De acuerdo al contexto del mismo libro, Santiago se refiere a la ley de Dios, los diez mandamientos. Aquellos que perseveren en los preceptos del decálogo de Dios serán bienaventurados en lo que hacen, en otras palabras Dios les bendecirá y les irá bien. Dios nos ofrece el privilegio de estar a la cabeza y no en la cola, pero una vez más aparece una condición:
     “…Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas…”Deuteronomio 28:13 
Dios no solo tiene 31 promesas para nuestras vidas, Dios tiene miles de bendiciones que quiere darnos si nosotros cumplimos sus mandatos en nuestras vidas. Dios prometió que si somos fieles el derramaría sobre nosotros bendiciones hasta que sobreabunden. Malaquías 3:10. En el Nuevo Testamento encontramos otro pasaje similar:
     “…y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.” 1 Juan 3:22
Como cristianos que vivimos en este mundo tan agitado y con tantas preocupaciones tenemos el deber y el derecho de fijarnos metas y expectativas en nuestras vidas como lo hace todo el mundo. Tenemos que tener el deseo de echar hacia delante avanzando en nuestras carreras, profesiones, negocios, familias, etc. Es muy cierto que tenemos que fijarnos metas y luchar por ellas. Santiago también escribió en el capítulo 1 verso 8 de su libro:
     “El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.”
Si nosotros no nos enfocamos en un objetivo que queremos alcanzar, sino que solo nos la pasamos probando una cosa hoy y otra mañana, no importa cuántas declaraciones hagamos, Dios no intervendrá en nuestro favor. El no está sujeto a nuestras demandas sino que somos nosotros los que tenemos que sujetarnos a sus requisitos. No debemos creer que por el simple hecho de expresar algo con palabras ya Dios tiene la obligación de responder a nuestra orden. Las cosas no son así. De acuerdo a Su misma palabra debemos poner todo en Sus manos y permitir que El obre de acuerdo a Su voluntad para con nosotros.
     “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.1 Juan 5:14
¿Es la voluntad de Dios que los cristianos seamos prosperados? Sí, en todas las cosas y que tengamos Salud, 3 Juan 2, ¿Entonces por qué muchos de nosotros no prosperamos? Porque El sabe lo que es mejor para cada uno de nosotros. No podemos explicar el por qué de muchas cosas que nos suceden o no nos suceden a los cristianos, sin embargo debemos confiar que lo que Dios permite es por nuestro bien, no solo en esta vida, sino también en la eternidad. Si no es para nuestro bien eterno y/o no es la voluntad de Dios, enfatizamos, las declaraciones no sirven de nada. Ellas no son más que una práctica filosófica que ha encontrado cabida en el mundo cristiano. Es más, aun si las cosas en las que queremos prosperar son de acuerdo al plan Divino para nuestras vidas, no estamos llamados a expresar en declaraciones  nuestra fe y esperanza en el Señor, sino a ponerlo a El por delante de todo.
     “¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.”Santiago 4:13-15
     “Iré a vosotros, cuando haya pasado por Macedonia, pues por Macedonia tengo que pasar. Y podrá ser que me quede con vosotros, o aun pase el invierno, para que vosotros me encaminéis a donde haya de ir. Porque no quiero veros ahora de paso, pues espero estar con vosotros algún tiempo, si el Señor lo permite. 1 Corintios 16:5-7
     “Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene; pero otra vez volveré a vosotros, si Dios quiere. Y zarpó de Éfeso. Hechos 18:21
Algunos que creen en “declarar” cosas buenas para la vida de los cristianos aseguran que aquellos que decimos que esta corriente no es bíblica estamos hablando de cosas que no entendemos porque no tenemos descernimiento espiritual. Pero es lamentable el caso, pero más bien parece ser que ellos son los que no entienden de donde viene y como llegó este asunto al cristianismo moderno, como hemos visto. Por asuntos como este y muchos otros es que tenemos que dedicarnos al estudio de la palabra de Dios. Debemos escudriñar Las Escrituras como ordenó Jesús, Juan 5:39,  y no solo basar nuestras creencias en el conocimiento que nos transmita el pastor durante el servicio religioso. Millones de personas son influenciadas en el mundo por los mensajes motivacionales de muchos predicadores renombrados, pero nosotros debemos imitar el ejemplo que Pablo citó en el Nuevo Testamento sobre los creyentes en la ciudad de Berea:
     “Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Hechos 17:10, 11.  
El simple hecho de que alguien se pare detrás del púlpito no garantiza que sea la palabra de Dios la que se declare. Porque algo se vuelva común o popular entre el cristianismo eso no lo hace cristiano. Tenemos que estar seguros por nosotros mismos que lo que creemos está sustentado en la palabra de Dios.

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