sábado, 15 de septiembre de 2012

La lección de Escuela Sabática del miércoles 12 de septiembre 2012 dice algo que muy pocas veces nosotros nos detenemos a pensar. Como cristianos nos explayamos en el maravilloso amor de Dios, y queremos ser mas amorosos que el mismo Dios muchas veces. Pasamos por alto que Dios, además de ser amoroso es un Dios justo y que recompensa a cada quien según sus obras.

Comentando unos versículos de Pablo, la lección dice lo siguiente:

*Muchas personas se sienten incomodas con estos versículos. Sienten que -dar retribución-, venganza, castigo y el infligir sufrimientos es indigno de un Dios de amor, gracia y misericordia.*

Esto es muy cierto. Muchas veces pretendemos tener más amor y misericordia hacia los impíos de la que el mismo Dios tiene. Los versos a los que hace referencia la lección de Escuela Sabática se encuentran en la segunda carta a los Tesalonicenses capitulo 1, desde el versículo 7 hasta el 9.

A mi particularmente me llamo la atención el versículo 6 del mismo capítulo. Allí dice: “Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan.”

Según el apóstol, Dios, a los que oprimen a su pueblo, El los oprime y esto es justicia. Me llamo la atención porque se nos ha enseñado una y otra vez a soportar todas las afrentas, tribulaciones, vituperios, malicias, maldades que nos hacen, etc, resignándonos solo a decir como Esteban, “Señor no le tomes en cuenta este pecado.” Hechos 7:60. Pero si analizamos la biblia, nos daremos cuenta que aunque la venganza es de Dios, nosotros podemos quejarnos delante de El en contra de aquellos que nos hacen mal y Dios, aunque es un Dios de amor, les da su justo castigo.

Y quiero enfatizar la palabra *justo* porque nosotros como humanos eso es lo que no aplicamos muy bien, la justicia. Dios recompensa según sus obras y no es un Dios que castiga fuera de proporción o con malas intensiones, sino que El permite que el hombre coseche lo que siembra.

En la biblia encontramos varios casos donde los siervos de Dios presentaban su tribulación delante de El y le pedían que diera el castigo correspondiente. Veamos algunos:

“Cuando oyó Sambalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos. 2 Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas? 3 Y estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará. 4 Oye, oh Dios nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio. 5 No cubras su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que edificaban.” Nehemías 4.

El siervo de Dios indignado por la burla y las malas intensiones de Sambalat y los suyos, no pidió a Dios que les pasara por alto sus iniquidades porque no sabían lo que hacían, sino todo lo contrario; Estos hombres estaban actuando conscientemente y en oposición a los que querían hacer lo que Dios había mandado y Nehemías puso su caso en las manos de Dios demandando que Dios les pagara con la misma moneda.

2 libro de las Crónicas 24:22 declara:

“Así el rey Joás no se acordó de la misericordia que Joiada padre de Zacarías había hecho con él, antes mató a su hijo, quien dijo al morir: Jehová lo vea y lo demande.”

Joas fue salvado de la muerte cuando era un bebe por la mujer de Joiada. Atalia la reina madre, luego que murió Ocozias, su hijo, quien era el rey de Judá, comenzó a matar a todos sus nietos con el fin de quedarse con el trono. Joas, uno de los nietos de Atalia, fue escondido prestamente por la mujer del sacerdote Joiada, quienes lo educaron hasta los 7 años cuando este sacerdote lo proclamo rey sobre Judá, terminando asi abruptamente el impío reinado de Atalia, esta mujer malvada. Joiada mostro misericordia para Joas aun cuando este no era su pariente y le devolvió el trono de su padre. Sin embargo, luego de la muerte de Joiada, Joas se volvió a hacer lo malo delante de Dios y no solo eso, sino que mato al hijo de la persona que había sido su guía espiritual y quien, por así decirlo, le había dado la vida y el reinado. El único pecado de Zacarías fue el amonestar el pueblo, y eso le costo la vida. Este hombre de Dios al morir no dijo lo mismo que Esteban, sino todo lo opuesto: -Jehová lo vea, y lo demande.-

Otro ejemplo es el mismo apóstol Pablo, cuando escribió: “Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos.” 2 Timoteo 4:14 Aun con la mansedumbre del apóstol, este reclamo la retribución justa de Dios sobre aquel que lo había afligido injustamente.

Si bien es cierto que muchas veces las personas nos hacen daño sin malas intensiones, o quizás porque piensan que no es malo lo que hacen, o cualquier otra razón parecida, también es cierto que muchas veces hay personas que nos hacen mal a sabiendas o porque se gozan en nuestra aflicción. Si este es el caso, debemos recordar que Dios es un Dios de amor, sin embargo, también retribuye a aquellos que se gozan en hacer mal a sus hijos fieles y debemos poner nuestras causas en sus manos, porque suya es la venganza.

La lección termina diciendo: -La meta de este pasaje no es gozarse en la venganza, sino animar a los que sufren abusos y opresión. El dia de justicia viene. No necesitamos hacer justicia por nuestra propia mano.- Y yo quiero añadir, aunque nosotros no veamos inmediatamente la retribución de Dios sobre aquellos que no hacen mal, si podemos presentar esos casos delante de El, y reclamar su justo castigo sobre aquellos que se prestan para ser los instrumentos de Satan y esperar confiados que El nos hará justicia.

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